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Lleva toda la noche lloviendo. Lo
primero que hago al abrir los ojos es mirar en Internet si han
abierto los puertos Nufenen, Grinsel y Furka. Lo que me temía,
siguen cerrados. ¿Habremos agotado ya nuestra suerte?
Hoy tenemos que desayunar cada unos
dentro de nuestra tienda y esperar a que deje de llover para
rápidamente desmontar el campamento.
Nos da igual que este lloviendo, nos da
igual que internet nos diga que los puertos están cerrado, nos da
igual que nos lo diga el dueño del camping, nos da igual que nos lo
digan las señales que vamos encontrando.
Haremos caso omiso de las
advertencias, saltaremos las barreras y llegaremos hasta donde se
pueda.
Que nadie pueda decir que no lo hemos intentado, que nadie pueda decir que un Español retrocede a la primera de cambio.
Nuestro primer objetivo es el Nufenen
Pass.
Sin duda la pared de nieve mas grande de todo el viaje. Vamonos cagando leches de aquí, que como se nos caiga encima vamos a tener que pedir socorro a peos. |
Esto se complica, pero todavía podemos seguir. |
No se porque pone que esta cerrado, si
ya debemos de estar casi en la cima. Estaba pensando eso cuando de
repente, nos damos de narices con esto.
|
Parece que a lo lejos se distingue una
señal. ¿Sera la señal que indica que hemos llegado a la cima del
Nufenen? Tenemos que llegar allí como sea.
Dejamos las motos y seguimos a pie,
pero empieza a nevar, y de que manera. A cada paso que damos nos
hundimos en la nieve hasta las rodillas, pero final mente llegamos a
la señal, que resulto no ser del Nufenen, si no indicando que por
esta carretera se llega a Airolo.
No se si hemos llegado a la cima o aun
nos quedaba camino, pero lo que si se es que lo hemos intentado,
hemos disfrutado de unas magnificas vistas y un buen tramos de curvas
solo para nosotros.
Mientras vamos bajando del Nufenen
vemos un jaleo de coches, motos y personas en el valle. Al llegar
abajo, en el primer cruce me da el alto con una paleta de stop una
suiza rubia, de pelo corto, dos metros de altura y pinta de
camionera. Le pregunto en ingles que si esta cortada la carretera, a
lo que la camionera responde diciendo; Ah, Spanish people! Y me arrea
con la paleta de stop en la espalda mientras da una carcajada. Yo me
quede que no sabia como reaccionar, me gire hacia Jose que estaba
riendo a la vez que la camionera. Joder, no te rías que me ha
zumbado con la paleta la camionera.
De repente se oye a nuestras espaldas
con voz campechana; A ver, ¿que necesitáis?. Es Jose, un Panplonica
que esta aquí trabajando como masajista, bueno, como masajista,
autubusero o lo que se presente. Nos explica que todo este jaleo es
debido a la vuelta ciclista a Suiza, pero que podemos seguir
tranquilos por la carretera porque lo mas seguro es que la etapa de
hoy se suspenda ya que los puertos siguen cerrados y no para de
llover.
Tras despedirnos de Jose emprendemos el
camino hacia el Grinsel, aun sabiendo que no vamos a poder subir,
pero llegaremos hasta donde se pueda.Seguimos sin hacer caso a las señales. |
Hasta aquí hemos llegado.
Hay solo un tramo cortado por la nieve,
después , hasta donde alcanza nuestra vista parece que sigue la
carretera despejada. Se me ocurre una idea. Como es domingo se han
dejado las quitanieves aquí aparcadas, me subo en una de ellas, las han dejado abiertas, en la cerradura no están las llaves, miro
debajo del asiento y por todos lados y... menos mal que no están,
porque me conozco y si llegan a estar os aseguro que esta quitanieves
trabaja este domingo.
Le toca el turno al Furka. Pero en este
nos encontramos una barrera que no podemos pasar. Las motos no cuelan
por debajo, no podemos pasarlas por encima, a un lado hay un río y al
otro un edificio.
Estamos a punto de irnos cuando Jose se
da cuanta de que a lo lejos en mitad del campo hay un pequeño
puente por el que quizás podamos acceder al otro lado de los
edificios y la barrera.
Cuando ya parece que todo esta echo,
aparece otro obstáculo, una pequeña loma que hay que subir y bajar.
No es gran cosa, pero con ruedas de carretera y la hierva mojada por
la lluvia que no para de caer, es muy probable que la moto patine y
no suba, y tampoco puedes tomar mucha carrerilla porque si no caerás
en la bajada.
Jose directamente dice que el ni lo
intenta, a si que seré yo, aun sabiendo que lo mas seguro es que no
suba, el que lo intente. Si lo consigo quitare el saco y la tienda de
campaña del asiento trasero para que se pueda montar Jose conmigo y
subir hasta donde podamos.
¡Venga David que tu puedes! |
¡¡Coño, coño, que esto se me va!! |
Ya la hemos liado. y tu cabrón deja de echar fotos y ven a ayudarme. |
La madre que la pario, como pesa la jodia. |
Como podéis ver el intento
a sido un fracaso. Me parece que ya no lo intento mas. Dejaremos el
Furka para la próxima. Me giro hacia el Furka antes de marcharnos y
en plan Terminator le digo VOLVERÉ.
Pero no, parece que
todavía no nos marchamos. La moto no arranca. No me asusto, estoy
acostumbrado a las motos de enduro, simplemente al volcarse el aceite
a tenido que ir hacia la culata y por eso no arranca. La solución es
sencilla, dejarla en posición vertical un rato para que baje el
aceite al cárter y mientras sacamos unos refrescos del baúl y echarnos
unas risas con lo sucedido.
Después
de 10 minutos arranca a la primera.
VOLVERE |
Dejamos atrás a Grimsel,
Furka y Nufenen. Ya ajustaremos cuentas otro año.
Nos dirigimos hacia el
puerto de San Bernard, para cruzar a Italia y despedirnos por ultima
vez en este viaje de Suiza.
Al llegar al San Bernard
nos encontramos con que el puerto esta cerrado, por lo tanto nos
vemos obligados a pasar por el túnel de
peaje del San Bernard (14,80 euros).
Entramos en el túnel
y al llegar a las cabinas de peaje dudo un poco, no se por cual
tenemos que pasar. En esto que nos adelanta con decisión una BMW GS
con matricula española (la primera moto española que vemos en todo
el viaje) y Jose me dice síguelo que este tiene pinta de saber por cual pasar. Veo que se dirige a la única cabina
que tiene un letrero luminoso con una cruz en rojo. Allí
que vamos los tres, y efectivamente cerrada D– Anda Jose, tira para
atrás que este tiene menos idea que nosotros. Nos bajamos de las
motos para empujarla y sacarlas de esa cabina y me dirijo la la
primera que pillo, saco la tarjeta de crédito
y se la ofrezco al de la cabina para que me cobre, pero no me cobra,,
empieza a hablarme y con el ruido de los coches y mi pésimo ingles,
no se ni en que idioma me esta hablando, le vuelvo a ofrecer la
tarjeta y nada, lo único que hace es hablar y señalar hacia delante, a
lo que yo me digo, eso va a ser que las motos no pagan, porque por la
barrera hay un hueco por el que pasa la moto de sobra. A si que meto
primera y... justo cuando voy a salir me da jose una voz para que
pare J– Yo creo que lo que señala es la tabla de precios que hay
enfrente. Y el hombre asiente con la cabeza. Joder, los precios los
había visto hace una hora, lo que quería
es que me cobrase.
Bueno solucionado el
problema pagamos los tres y nos apartamos a un lado del túnel
para quitarnos los cascos y presentarnos.
El colega de la GS se
llama Ignacio, es del País Vasco y lleva cuatro años trabajando en
Alemania, ahora bajaba para casa porque ya a dejado de trabajar allí,
hace unas semanas se bajo el coche y ahora
se baja la moto. Tiene pensado pasar por Mónaco antes de llegar al
País Vasco, pero podemos hacer unos kilómetros
juntos ya que hasta la localidad Italiana de Aosta nuestros caminos
coinciden.
Arrancamos las motos para
seguir el camino, pero, no, no puede ser, ahora es la moto de Ignacio
la que no arranca. Cree que es el motor de arranque el que falla,
porque la batería se la cambio hace poco.
Pues nada, a empujar se a
dicho. En el sentido de la marcha no podemos empujar porque es cuesta
arriba, a si que tenemos que empujar en sentido contrario. Ahí nos
tienes empujando la moto dentro del túnel, en sentido contrario a la
marcha, en dirección a las cabinas de peaje.
Y la moto que no quiere arrancar, y nosotros que cada vez cogemos
mas velocidad, y las cabinas cada vez mas cerca, el hombre de la
cabina asomado por la ventanilla, el que esta en el coche con la
barrera abierta con cara de; pero que cojones... y la moto que no
arranca, y nosotros no dejamos de empujar a
unos metros de estrellarnos con el coche, esperando a que Ignacio
abortase la misión. Y en el últimos
metro, en el ultimo segundo... Rummm, arranca, echa frenos, tira el
ancla y cruza la moto en los morros del coche.
Anda vayámonos de aquí, que
parece que estoy escuchando a todos los asistentes al espectáculo
decir; españoles tenían que ser.
Al salir del túnel
no para de llover.
Paramos debajo de un
puente cerca de Aosta para despedirnos de Ignacio, pero nos dice que
hace muy mal tiempo y que no le importa cambiar de planes, a si que
si a nosotros no nos importa, le gustaría
seguir el camino con nosotros. Pero como nos va a importar, pues
estupendo, aumentamos la familia. ¡Ahora somos tres! Jejeje.
Poco a poco va dejando de
llover y topamos en nuestro caminos con esta maravillosa
cascada.
Aquí nos encontramos a
una pareja de italianos. Ella profesora de patinaje artístico, de
madre gaditana, hace ya 30 años que no va a España (lo siento pero
no me acuerdo de su nombre) y Marcelo que tiene una escuela de esquí.
Pues resulta que nuestro
amigo Ignacio es profesor de esquí, a si que ya os podéis
imaginar la ilusión que le hizo a Marcelo
encontrarse con un compañero de profesión,
que ademas da clases en una pista en la que el a esquiado mucho
tiempo.
Le contamos que nos
dirigimos a Francia atraves del Petit San Bernard y nos dice que
espera que tengamos suerte porque aun hay mucha de nieve. Nos da una
chapa con el emblema de su escuela de esquí y nos dice que entremos
a tomarnos un café en la primera cafetería que encontremos al pasar
el Petit San Bernard a la izquierda, que la camarera es una brasileña
llamada Tatiana, que le digamos que vamos de su parte y le
entreguemos la chapa. Esto se pone
interesante.
Esta visto que hoy es el
día de los puertos cerrados, al comienzo
del Petit nos encontramos el dichoso cartel en rojo. Este puerto nos
jode especial mente que este cerrado, porque la otra alternativa para
pasar a Francia es pasar por el túnel del Mont-Blant que tiene que
costar un pasto, ademas de que con lo tarde que es ya puede que este
cerrado, o perder casi un día y cruzar por
Martigny.
Decidimos arriesgarnos, no
hacer caso al cartel y subir el Petit.
Este vídeo gracias a Jose que lo gravo con el mvl. Para la próxima nos tenemos que profesionalizar y apañar una GoPro.
No se porque pone en el
cartel que esta cerrado, si hemos llegado a
lo alto y la carretera esta despejada.
No se para que hablo, si
antes lo digo, antes encontramos el atranque.
Hay un derrumbamiento
que tapa unos 7 metros de carretera. Se nos pasa por la cabeza la
locura de cruzar las motos entre los tres de una en una, lo malo es
que esta apunto de anochecer y en caso de que consigamos pasarlas,
que no esta nada claro, como mas adelante encontremos otro atranque
se nos hará de noche y no nos quedara otra
que acampar allí en lo alto del puerto.
Si le sumas a lo chalaos
que estamos nosotros que nos acompaña un vasco, ya podéis imaginar
que decisión tomamos. Decidimos pasar
primero una moto y enviarla en misión de exploración
para ver si mas adelante sigue la carretera despejada. El enviado a
tal misión, un servidor para variar.
Bien, parece que esta despejado.
En el vídeo solo se ve un pequeño trozo, no se ve la bajada en la que íbamos al suelo, era imposible mantenerla. Ignacio que fue el que mejor lo hizo, como sabia que se iba a caer lo que hizo fue en cuanto subió a lo alto de la nieve volcarla el e ir arrastrándola hasta llegar al otro lado.
¡Lo conseguimos! Estamos
en Francia.
Que lastima, la cafetería de la tal Tatiana esta cerrada. guardaremos la chapa. VOLVERE.
Al bajar el puerto vemos un grupo de moteros en la puerta de un hotel, esperando seguramente a que mañana lunes con suerte despejen el puerto para poder pasar a Italia. Nos miran con cara de asombro, como diciendo; de donde leches venís, si esta cerrado. Lo que no saben es que para nosotros no esta cerrado, nosotros somos VIP.
Que lastima, la cafetería de la tal Tatiana esta cerrada. guardaremos la chapa. VOLVERE.
Al bajar el puerto vemos un grupo de moteros en la puerta de un hotel, esperando seguramente a que mañana lunes con suerte despejen el puerto para poder pasar a Italia. Nos miran con cara de asombro, como diciendo; de donde leches venís, si esta cerrado. Lo que no saben es que para nosotros no esta cerrado, nosotros somos VIP.
Ya de noche encontramos un
camping, como siempre cerrado ya a estas horas, pero como siempre
nosotros pasamos, montamos nuestras tiendas y mañana ya hablaremos
con el dueño.
Acampamos al lado de un nutrido grupo de moteros alemanes.
Para montar la tienda de
Ignacio hace falta sacarse una ingenieria, nos tuvo un buen rato liados hasta que entre los tres conseguimos medio montarla.
Ignacio
tenia pensado comer en restaurantes, a si que no trae comida, pero
como nosotros tenemos, ya se sabe que donde comen dos comen tres.
DÍA 10 lunes 10 de junio.
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Amanece un día
soleado. Ayer nos acostamos tarde y cansados, a si que hoy nos hemos
levantado tarde. Para cuando lo hemos echo ya no quedaba rastro del
campamento de los moteros alemanes.
Antes de salir queremos
desarmar el motor de arranque de la GS, para intentar solucionar el
problema o romperlo aun mas. Todavía no
tenemos muy claro cual de las dos cosas haremos.
El dueño del camping nos
dejo usar su garaje y las cuatro herramientas que en el había.
Con el motor ya desarmado
podemos ver claramente donde esta el problema. Un pasador se ha roto.
Lo sustituimos por un tornillo que encontramos en el garaje y el cual
esperemos que nos haga el apaño hasta que llegue a casa y ya con
tranquilidad lo apañe en un taller.
Volvemos a montar el motor
en la moto, le damos a arrancar y... me gustaría decir que arranco,
que que buenos mecánicos somos y que ole
nuestros huevos, pero el caso es que nada, no hizo ni por arrancar.
Ya pasamos de volver a desmontarlo, que son casi las 12:00, vamos a
cargar las cosas en las motos y arrancaremos la GS a empujón.
Esperemos que se porte
bien la GS y arranque a la primera.
La subimos empujando a
todo lo alto del camping, bajamos la cuesta a toda pastilla empujando
y nada, no arranca. Volvemos a subirla,
volvemos a bajarla y nada. Estamos cansados y empapados en sudor. D-
Ignacio, como no arranque esta vez la dejas al lado de esos
contenedores de basura y te vienes conmigo. Volvemos a subirla, todo
lo arriba que podemos, hasta que casi nos salimos del camping,
volvemos a empujarla cuesta abajo y... esta vez si, a la tercera va
la vencida, parece que me a escuchado la BMW.
¡En marcha! Pero parece
que seguimos con la racha de puertos cerrados de ayer, al comienzo
del Col D´Iseran nos encontramos el cartelito rojo anunciando que
esta cerrado.
D- ¿Y tu de que te ríes
Jose? J- A mi a estas alturas del viaje me hace mas ilusión
encontrar un cartel en rojo que en verde. D- jajaja, pues venga,
para arriba, a ver que nos encontramos.
En este puerto grabo Jose un vídeo buenísimo, pero después de intentar subirlo 18 veces al youtube en vano, me doy por vencido. |
De repente nos encontramos
los coches de los operarios de carreteras ocupando toda la carretera,
casi no podemos pasar y no hay nadie, solo los vehículos.
Al pasarlos vemos que esta
toda la carretera tapada por la nieve. Nos damos cuenta que los
operarios están en una especie de refugio,
llamamos a la puerta, e Ignacio que habla francés
charla con ellos. Le han dicho que es imposible pasar, que no es solo
ese tramos, que mas adelante hay un montón de desprendimientos.
A si que no nos queda otra que dar la vuelta.
Teníamos
pensado subir al Col du Galibier, pero seguramente este
cerrado, a si que por esta vez vamos a dejarlo para otra ocasión.
Cambiamos el Galibier por
el Col de la Madeleine, pero al llegar, me cago en to, letrero rojo.
Bueno, vamos para arriba, a ver que nos
depara este.
Subiendo cruzamos una
aldea en la que le preguntamos a un señor si es verdad que esta
cerrado, y nos dice que esta abierto hasta las 19:00, que después
bajan la barrera y lo cierran. El reloj marca las 18:50. Nos miramos
unos a los otros y sonreímos, nos acaban
de dar la excusa perfecta para ir con el cuchillo entre los dientes.
Metemos primera y salimos como alma que lleva el diablo
en una subida temeraria en la que rozamos estriberas, caballetes y
todo lo que se pudo. En cabeza Ignacio, ¡que va que te cagas el tío!
Coincidimos los tres en
que es uno de los mejores puertos que hemos
subido.
Estamos en lo alto del
puerto y yo ya levo 50km en reserva, Ignacio y Jose también
están en reserva. Espero que en el pueblo
de abajo haya gasolinera. Ellos deciden bajar con la moto parada en
punto muerto, yo aun a riesgo de quedarme tirado prefiero bajar el
puerto dando gas y disfrutando.
Oh oh, al llegar a abajo
me doy cuenta de que me dejado el baúl abierto y he perdido una
chaqueta térmica que compre para el viaje.
Espero que estos que vienen detrás se
hayan dado cuenta, porque con lo mal que vamos de tiempo y sin
gasolina no voy a volver. El primero en llegar es Jose, que no la ha
visto, después llega Ignacio, el que antes de que me diera tiempo a
decirle nada saca la chaqueta de su cúpula
- Anda toma, que vas tirando las cosas por el camino.
Turno para el Col Du
Galdon. Otra gozada de puerto, y como todos los demás
en estas fechas la carretera es nuestra, no hay nada de trafico.
Para acabar el día
reservamos un mítico del Tour de Francia,
el Alpe D´Huez.
Acampamos en un camping a
los pies del Alpe D´Huez, precioso, repleto de ciclistas venidos
de todas partes para enfrentarse al coloso.
Ya en el camping, Ignacio
decide usar una técnica ancestral en el noble arte de la mecánica
para solucionar el motor de arranque. Coge el martillo de clavar
las piquetas y golpea levemente el motor de arranque. Eso es lo que
debería haber hecho, pero siendo vasco
cambio lo de levemente por meterle un castañazo y bollar el motor de
arranque. Bien Ignacio, si estaba roto tu ya lo has rematado. Pues me
cago en la leche, le da al botón de
arrancar y arranca a la primera. Ese ya no falla mas, y si lo hace
vasta con que le enseñe el martillo.
Montar las tiendas, ducha,
cenita, charla y a descansar para la próxima
jornada.