domingo, 12 de mayo de 2013

HUELVA 2011


Principios de septiembre del 2011.
Ana y yo tenemos cinco días para hacer una escapada y descansar de la monotonía incesante de un día tras otro de trabajo. Escogemos Huelva para ello, ya que nos pilla relativamente cerca y es una provincia que no tenemos muy explorada.

Decidimos alojarnos en el hostal “la Niña” de Palos de la Frontera. Hostal que nos salio por unos 40 euros la noche. Lo peor, la limpieza que dejaba mucho que desear. Lo mejor, su restaurante con menús muy variados, buenos y económicos. ¿volveríamos a hospedarnos en el? Pues no.

Palos de la Frontera, cuna del descubrimiento de Amercia (como afirma su escudo) ya que en esta ciudad se gesto y preparo el primer viaje de Cristóbal Colón hacia lo que el creía las Indias.






Nos acercamos a la ciudad de Huelva, y lo primero que hacemos es presentar nuestros respetos al monumento de la Fe Descubridora, que es una escultura conmemorativa del año 1929 situada a las afueras de la ciudad, concretamente en el paraje conocido como Punta del Sebo, donde confluyen los ríos Tinto y Odiel.













Que gustazo viajar con el Alfa. Que diferencia del Clio que tenia antes.
Increíbles las magnificas vistas que nos deja el atardecer paseando por la ria de Huelva.





























Hoy nos centramos en la Rabida (Palos de la Frontera). Lo primero que visitaremos es el muelle de las Calaveras, donde se encuentra una reproducción de las naves con las que Cristóbal Colon descubrió el continente Americano, y donde también podemos encontrarnos un centro de interpretación en le que nos enseñaran paso a paso en que consistió el descubrimiento de América, instrumentos y vestimenta de la época, etc... Precio 3,50 euros.




































Visita imprescindible al monasterio franciscano de Santa María de la Rabida. El monasterio data del siglo XIV y fue declarado monumento nacional en 1856.
el monasterio cobro gran importancia en la historia tras la llegada de Cristóbal Colón, quien encontró refugio y atención entre los frailes de la Rabida.
Paseando por acogedoras habitaciones, recorriendo sus silenciosos pasillos, disfrutando de la belleza de sus floridos patios, uno puede imaginar la vida de gozo y tranquilidad que debían llevar los frailes de la época. Un poco de rezo, trabajar y cuidar la huerta, dar largos paseos por entornos bucólicos de tonos ocres, algún que otro pinchito a una monja de buen ver... si señor, estos frailes se lo montaban bien.






































Sin llegar a salir del paraje de la Rabida encontramos el parque botánico José Celestino. La entrada la recinto es gratuita y el el podemos encontrar flora de los cinco continentes.
Me extraño mucho que no hubiera mas visitantes que nosotros. Sin duda es un excelente plan para pasar una tranquila tarde paseando entre naturaleza.


El único pato de todo el parque. Nos seguía a todos lados.













La playa de Matalascañas es una de las mas nombradas y conocidas por todo el mundo (menos por nosotros), por lo que teníamos que acercarnos a darnos un chapuzón y comprobar que es lo que tiene esta playa para ser tan nombrada.
El primer obstáculo fue aparcar, que se convirtió en una odisea. Segundo obstáculo  buscar un hueco entre tanta gente para aparcar la toalla. Por lo que respecta a la playa, bien, limpia y con una arena muy fina, aunque me resulto tan agobiante que apenas disfruté.





Que ricura!! pa comerselo!!



Nos desplazamos hasta la localidad de Niebla para visitar el castillo de los Guzmanes (siglo XV). De todos los castillos que he visto es uno de los que mas me ha gustado. La entrada cuesta 4 euros.














Entramos a las mazmorras. 





Un consolador de los de antaño.




Que alguien de de comer a este zagal que anda muy seco.




Aquí quedaría bien un águila, pero como no disponemos de águila nos conformamos con la paloma.












Como al terminar de ver el castillo aun nos quedaba tarde decidimos rodear el castillo por su parte exterior y explorar un poco la zona.
La verdad es que fue un acierto, porque dimos con un pequeño sendero de gran belleza que discurre junto a la orilla del río Tinto.












Aquí se acaba el camino de madera, pero eso no es impedimento, se salta y se continua explorando.





Casualmente nuestra estancia en Huelva coincidió con la celebración de sus fiestas colombinas, que se celebran anualmente para conmemorar los diferentes hechos históricos relacionados con la Gesta Descubridora.












Por supuesto no queríamos despedirnos de la provincia de Huelva sin visitar Doñana.
Reservamos una visita guiada en unos autobuses 4X4 que partían desde la aldea del Rocio. El precio son 30 euros y el recorrido tiene una duración aproximada de 4 horas.

Tenemos que madrugar para estar en el Rocio a tiempo.
Mucho cuidado si no vais con todo-terreno por que os puede pasar como a mi que poco me falto para quedarme atascado que la fina arena que cubre sus calles.





Que típica quedo esta foto.



Empieza la visita. Nos montamos en el bus 4x4. Todo guiris excepto nosotros.
Doñana, para mi, una decepción. En todo el recorrido no vemos mas que arena, lodazales y pajaritos tan lejos que si no es con prismáticos no los ves ni de coña.
Los guiris, super emocionados, flipando cada vez que veían un conejo “Oh my good is a rabbit!”. Y Ana me decía entre risas; ¿no sacas fotos de los conejitos?. Joder, soy agricultor, cada día se cruzan 20 conejos delante de mis narices y yo voy y pago 30 euros por ver uno a lo lejos, ¡manda huevos!.
Sin duda a Doñana se le a dado mucho bombo. Ademas la única forma que uno tiene para visitarla es pagando una visita guiada, ¡menudo negocio tienen montado!
Y al montar en el bus ilusionan a los ingenuos turistas conque quizás con suerte ven un lince. También te podían decir que con un poco de suerte hoy te toca la lotería. Ver a un lince es casi imposible, y en todo caso hay mas posibilidades de verlo en la sierra de Andujar que en Doñana, aparte de que es mas bonita y no tienes que pagar por verla.
Vamos la conclusión de mi visita a doñana es que a no ser que seas un amante de los pipis, el desierto y los lodazales no merece la pena gastar 30 euros en esto. Dejo claro que es mi opinión, a mi me gusta mas los espacios naturales de sierra, bosque, montes, verdes y agua, pero cada uno tiene sus gustos, seguro que hay un montón de personas que Doñana les parece maravilloso.























Hasta aquí nuestra visita a Huelva. Espero que os halla gustado y os de algunas ideas sobre que visitar.



                                                 ---------------DAVIDgsa---------------

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